La semana pasada publicamos las historias de las chicas sobre cómo es el amante perfecto. Ahora es el momento de las historias de hombres.
TenÃÂamos una guÃÂa clara de lo que sienten los hombres de diferentes sexos sobre el sexo: las mujeres eran más propensas a hablar de sus sentimientos y personalidades.
Pero los hombres no eran sentimentales: para ser perfecta, hay que ser agraciada, tener un buen culo y amar sus abdominales.
Historia 1. Escuela de la vida
Estaba en la universidad, asàque iba allàalgunas veces a la semana. Era más joven que yo. Nos mudamos juntos: nos instalamos en un bonito piso de alquiler en el centro de la ciudad. TenÃÂamos suficiente dinero de la beca para vivir. HabÃÂa mucho tiempo libre, muchÃÂsimo. Y nosotros, como nuestros cuerpos, éramos jóvenes.
El dÃÂa estaba guionizado: sexo, pelÃÂculas, comida, sexo, sueño. También habÃÂa palabrotas, muchas palabrotas, lo que era muy bueno para la calidad del sexo.
Luego empezó a irse a algún sitio, pero las interrupciones sólo sirvieron para mantenernos bajo las sábanas durante una semana. Al principio ella me engañaba abiertamente y yo la engañaba a ella en represalia, lo que sin duda tuvo un impacto en su temperamento. Ganamos experiencia con otros socios y la llevamos a la cama común.
Hicimos todo lo que dos personas pueden hacerse (sin coprofilia, por supuesto): BDSM, swinging suave y abierto, sexo en grupo con prostitutas y prostitutos, sexo en lugares públicos y frente a webcams.
Juguetes, travestis y todo eso. Hemos sido buenos: en poco tiempo, hemos tenido una gran escuela de relaciones complicadas y sexo. Y se las arregló para no ser expulsado de la universidad.
Pero al final rompimos: nos aburrimos de acostarnos el uno con el otro.
Historia #2. Profesor de escuela sexual con experiencia
El concepto de pareja ideal en el sexo es muy, muy relativo. Con una persona concreta en un momento determinado puede ser muy bueno, y con la misma persona en otro momento no lo es tanto.
Por eso son historias situadas. Y la experiencia y las habilidades no siempre juegan un papel decisivo. Se trata de la quÃÂmica entre los dos cuerpos, de las señales no verbales, de la coincidencia de temperamentos y estados de ánimo.
La historia aquàes que si la clave del buen sexo para una chica – es decenas de coincidencias, hasta la fase de la luna y el color de sus ojos, yo, por ejemplo, sólo tengo que inclinarme y oler su cuello para saber si la quiero o no.
Como regla general, el sexo más fresco – es la primera cuando tienes hambre y ganas de dar lo mejor de ti. El efecto de la novedad y la curiosidad estimula el deseo de una manera muy cool.
Para mÃÂ, el indicador es cuando, después de la primera «acercarse a», el deseo no desaparece. En la cama, probablemente lo que más me impresionó fue la maestra de escuela prodigio sexual que practicó sus trucos conmigo.
Siempre estaba inventando nuevos trucos y utilizando un montón de artilugios de sex shop diferentes. TenÃÂa un gancho colgado sobre la cama en el dormitorio donde enganchaba dos paños que se enrollaban en un sentido y luego se sentaba en ellos y se enrollaba en el otro sentido mientras se sentaba encima de mÃÂ. Fue una experiencia indescriptible.
Historia #3. Una mujer segura de sÃÂ misma
Cuando era muy joven, con poco más de veinte años, salÃÂa con una chica y tuve mi primera relación sexual con ella.
De todos modos, alrededor de la tercera vez, me detuvo justo en el medio, se congeló y dijo: «”Entonces, ÿestás contenta de acostarte con un bombón como ese??»
Por alguna razón, fue entonces cuando me quedé literalmente boquiabierto: eyaculé casi inmediatamente. Esa es la chica que recordaré el resto de mi vida.
Historia #4. «llegó – *Lo hizo todo* – »
La amante ideal – Una chica cuya relación cae en el plano de.. «Uber-cama-uber».
Viene a tu casa sola y se va por la mañana temprano cuando ni siquiera está despierta. Todo lo demás – hablando en las redes sociales sobre el tiempo y otras cosas importantes.
En mi caso, esa chica era la dueña de algún negocio. Soltero, por supuesto.
Y, por supuesto, la primera vez que quedamos en una amplia galerÃÂa para pasear y conocernos mejor, y luego nos vimos en mi terreno. TenÃÂa derecho a escribir cuando necesitaba venir.
Ella sólo vino por el sexo. Y todo tipo de bonificaciones como palmaditas en la cabeza, frotar la espalda con aceite perfumado y otras cosas bonitas realizadas a nivel amateur.
Señora – un hombre que vive de los lÃÂmites. Sus lÃÂmites personales y mis lÃÂmites personales. Por ejemplo, no podrÃÂa decir con seguridad si se sintió infeliz porque vino por necesidades puramente fisiológicas. Y para una relación normal, entendàque simplemente no tenÃÂa tiempo.
Hubiéramos seguido asÃÂ, pero una relación seria llegó a mi vida. Y fue fácil para ella explicarlo. Ahora no nos comunicamos. Lo único que queda por hacer es darnos un “me gusta” en Facebook.
Historia #5. La mujer que me halaga
Un dÃÂa, cuando acababa de salir de una relación seria y aún no habÃÂa conseguido entrar en otra, me encontré con mi ex novia. Era verano, sus padres estaban en la casa de campo, asàque durante literalmente dos semanas no salimos del piso, es decir – de la cama. ÿSabes por qué es, para mà– el perfecto ? Es la única chica que admiraba abiertamente mis abdominales!
La historia número seis. Una versión doméstica de Marilyn Monroe
Conocàa la mejor mujer con la que aún recuerdo el sexo con todo detalle cuando tenÃÂa 18 años. No es nostalgia: tuve otros antes de este. TenÃÂamos la misma edad, se parecÃÂa mucho a una Marilyn Monroe rubia: altura, proporciones y cara ovalada, salvo que su pelo era liso.
TenÃÂa una hermosa sonrisa, buena labia y ninguna inclinación por el coqueteo banal o las bromas vulgares – Me pareció muy casta.
Asàque no se puede decir que haya sentido tanto placer en el sexo por las habilidades de esta chica. No. La razón es que su imagen no encajaba con su repentino deseo de sexo – SÃÂ, ella siempre fue la iniciadora.
También me volvÃÂan loco los sonidos que hacÃÂa. De todos modos, es inolvidable. La razón por la que nuestra relación terminó es muy sombrÃÂa: un dÃÂa, su amiga me llamó y me dijo que tras alcanzar el accesorio de su secador de pelo, que habÃÂa caÃÂdo detrás de una lavadora en marcha, se habÃÂa electrocutado y habÃÂa muerto antes de que llegara la ambulancia.
Historia nú 7. Experimental
Mi ideal – Una chica que está abierta a la experimentación y toma la iniciativa, o incluso la muestra.
Afortunadamente he tenido unas cuantas de estas señoras, pero tengo una en particular que puedo recordar con una palabra cálida. Lo que no habÃÂa: estrangulamiento, atadura, jugar a la violación, duro y áspero, por lo tanto, sexo apasionado – Se trataba de ella. La estrangulé con el látigo, la violé, y todo lo que escuché a cambio fue una palabra: «Más».
No voy a describir en detalle cómo usamos algunos de los juguetes, pero créeme, estaba caliente. Me encanta cuando una chica no se calla, y no me refiero a gemir y suspirar, sino a hablar – nada me excita más que una frase grosera.
Para trazar una lÃÂnea imaginaria: chicas, no seáis tÃÂmidas con vuestras fantasÃÂas y deseos, hablad abiertamente de ellos – y seguro que encontraremos puntos en común.
Historia #8. Tonto, pero con un giro
No sabÃÂa hasta hace poco que una chica podÃÂa tener un orgasmo durante literalmente dos minutos. No, como un tipo normal habÃÂa leÃÂdo sobre ello, pero verlo en persona… Ni siquiera lo habÃÂa soñado. Qué suerte tengo! Era el espacio. Por supuesto, no habÃÂa nada que hablar con ella, como resultó. Pero un amante – es una mujer hermosa, aunque tonta.
Historia nú 9. Poco atractiva y energética
El cuerpo de una mujer debe ser estético y elegante, debe inducir a la acción y no detenerse para respirar.
En pocas palabras: cuanto más agradable sea el aspecto de una dama y su sistema musculoesquelético – mejor.
Pero mi mejor amante no era asÃÂ. Nos conocimos en una banal borrachera, tras la cual se quedó a dormir en mi piso unos dÃÂas más, ya que era de fuera. El comienzo fue muy prosaico: los tirones de ropa interior en estado de embriaguez no podÃÂan llamarse romance.
Me desagradaba literalmente todo de ella: pequeña estatura, pechos pequeños, caderas desproporcionadas y el dulce olor del perfume – Los dos últimos fueron especialmente kamagra online desagradables.
«Un delicioso aroma floral con una cucharada de azúcar» – es como describirÃÂa este cuestionable perfume. Pero cuando llegamos a, como dice Sheldon Cooper, «coitus», resultó ser una chica agradablemente enérgica y proactiva. Los movimientos no fueron para nada suaves, sino agudos y minuciosos.
Era sexo porno de segunda categorÃÂa, en el que el tipo bien afeitado irrumpe en el edificio y hay una chica desnuda esperándole sobre la mesa. Ruedan por todo el piso mezclados con platos rotos, una aspiradora y una tostadora, y cuando todo termina, se fuman un cigarrillo a medias.
Entonces fue cuando cogàese cigarrillo, volvàal suelo de madera, por fin entré en razón, me lo fumé egocéntricamente y me di cuenta de que acababa de tener un auténtico subidón.
Historia #10. No existe la mujer perfecta
Nunca he tenido una perfecta: todas las mujeres son iguales en términos de sexo. Bueno, tal vez sólo una señora borracha es capaz de algunas hazañas, que la mayorÃÂa de las veces no se expresan ni siquiera en acciones, sino en frases.
Mi favorito: «Nunca habÃÂa tenido un orgasmo», – En serio, señoras, ÿpor qué dicen esto a casi todos los compañeros, asegurándose de especificar que «Nunca le dije eso a nadie antes que a ti»?
Todas mis damas han tenido el tÃÂpico comportamiento de niña de «me pones encima, hago como que me muevo, luego me pones de espaldas – Quiero acostarme». Asàque siempre hay que tomar la iniciativa.
Historia #11. Actriz porno
Una vez tuve un breve romance con una actriz porno. Puede que haya sido larga, pero ha vivido y trabajado en el extranjero.
Además de que la chica tenÃÂa el aspecto que a màme gusta: un culo precioso, fuego en los ojos, que, por cierto, justificaba plenamente las acciones de. TenÃÂa un sentido muy agudo para mÃÂ.
No tenÃÂamos lÃÂmites: ella se drogaba de verdad con todo lo que pasaba y, lo más importante, era consciente de lo que ocurrÃÂa, a diferencia de la mayorÃÂa de las mujeres que se limitan a cerrar los ojos y entregarse a la tormenta de sus sentimientos y emociones internas. Bueno, y le encantaba mirarla a los ojos.